El juego simbólico o juego de ficción se puede observar en los niños, incluso antes de que estos adquieran el lenguaje y a lo largo de su desarrollo.
Dependiendo de la edad del niño, el juego pasa por diferentes etapas, desde un juego funcional, en el que el niño utiliza el coche paseándolo de un lado a otro de la habitación hasta un juego simbólico, en el cual el niño coge el palo de la escoba y simula que está montando a caballo.
Es fantástico ver como imitan a sus adultos a través del juego. Esta capacidad de juego simbólico o de ficción no se va a encontrar en la mayoría de las personas con autismo, ya que forma parte de la triada de alteraciones de los trastornos del espectro autista.
Desde muy temprana edad, se puede ver alterado el juego funcional en los niños con autismo, desde alinear juguetes hasta hacer girar continuamente la rueda de algún coche.
El juego se debe de utilizar tanto como una forma de intervención en el tratamiento individualizado de cada niño para el aprendizaje, como un aspecto en el que se ha de intervenir. Dependiendo del nivel de autismo que tenga el niño, se puede lograr que poco a poco aprenda a jugar y amplié su actividad lúdica.
Importante tener en cuenta que siempre va a depender del nivel de autismo del niño.
El juego está relacionado con las dificultades de la imitación en los niños desde una gran temprana edad y con dificultades en las interacciones y normas sociales que presentan conforme van creciendo.
Es por ello, por lo que es necesaria una correcta intervención individualizada para cada niño dentro de los trastornos del espectro autista.
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